Por un momento creí que los vomitivos y manidos reportajes sobre Franco o el disparatado análisis político del enésimo clásico futbolero resultaban ser el colmo de la repetición. Pero no. Abro la caja registradora de supermega eventos que me llega al mail y me encuentro con convocatorias que bien pudieron haberse anunciado en noviembre de 2005 que en febrero del 99 o en mayo del 88…
Resulta que el ex Felipe González da una conferencia sobre Cohesión Social en una sede de UGT o que el ex Pimentel presenta no se qué en no sé qué club o que otra ex pepera como Amalia Gómez ofrece una ponencia en la sede hispalense de la UIMP o que esa mentess preclaras que son los directores de la prensa sevillana participan en una mesa coloquio sobre cómo se abordan las noticias desde una perspectiva de género -¿tan mal está la cosa?-…
No sé, todo esto suena a antiguo: los mismos temas, los ponentes, los propios receptores, el medio, el mensaje… da la sensación de que siempre habla la misma gente y en los mismos o similares sitios, de que siempre asiste la misma gente, o, sencillamente, de que hay temas de los que sólo habla un tipo de gente, como algún que otro viceconsejero de la Junta, algún graciosillo tertuliano, algún que otro ex alcalde enchufado en la Diputación, técnicos de las más diversas clases y ramas de cualquier administración, cualquier artista que sea especialmente guay, por no hablar de esos personajes que deben su amplia presencia en los cuchicheos sociales a su otrora aureola reivindicativa en una asociación vecinal o cultural.
Es como sí el círculo vicioso de la televisión se trasladara a la calle. Siempre los mismos emisores, sean juanymedios, carlosherreras o bertinosbornes, y siempre una audiencia dispuesta a tragar.